¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
En esta época en la que la ciencia y la tecnología avanzan paulatinamente requiere de individuos que no sólo aprendan, comprendan y memoricen conocimientos, sino que cuenten con las herramientas esenciales para aplicar esos conocimientos en la innovación y solución de problemas que se les presenten en contextos variados.
¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
El proceso de aprendizaje no puede ser revelado como superficial, sino que por el contrario muy pocas veces nos ponemos a reflexionar cómo es que aprende el ser humano, pues el desconocimiento de las teorías cognitivas y pedagógicas nos hace ser más ignorantes en ese sentido.
El aprendizaje es el proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción y la observación. Este proceso puede ser analizado desde distintas perspectivas, por lo que existen distintas teorías del aprendizaje.
Los principales procesos cognitivos inherentes a la naturaleza humana maduran de manera ordenada en el desarrollo humano y las experiencias pueden acelerar o retardar el momento que estos hagan su aparición, llevando finalmente al complejo proceso denominado aprendizaje.
En este sentido podemos distinguir diferentes tipos de saberes (interacción), el sujeto es consciente de cómo y por qué se aprendió (meta cognición) y de qué forma se dan estas relaciones, además de identificar las posibilidades de mejora (reflexión). Saber, poder y querer se alinean rumbo a un mismo objetivo (funcionalidad).
Por otra parte está presente un conocimiento de base, pero también un conocimiento que se desarrolla en la propia aplicación o realización de determinada actividad, dando como resultado la improvisación sustentada (conocimiento situacional). Es conveniente examinar la naturaleza del conocimiento y no sólo utilizarlo como una herramienta en el que se es capaz de reconocer e identificar el acierto o error, sino un saber estratégico, que hace “referencia al saber implícito del experto que está en la base de su capacidad de utilizar conceptos, hechos y procedimientos a fin de realizar tareas y resolver problemas”.
Es en este punto, donde las estrategias de enseñanza como docentes surgen con gran relevancia, pues el planificar contenidos que sean útiles a nuestros alumnos, es un reto; ubicarlos en situaciones problemáticas reales de la vida cotidiana o global y obtener soluciones y aprendizajes significativos, implica que como docentes tenemos que estar al lado de ellos para aprender también y reflexionar de los errores y los aciertos de tal suerte que poco a poco nos vayamos retroalimentando, corrigiendo o perfeccionando nuestro trabajo.
Para finalizar, quiero mencionar que al evaluar, no solo debemos basarnos en el conocimiento (conceptual), pero ¿cómo evaluar los procedimientos, actitudes y valores de los alumnos, cuando en ocasiones no somos justos y nos dejamos llevar por situaciones ajenas o que influyen en una ponderación?. La evaluación es uno de los temas más complejos del quehacer educativo porque en él intervienen factores institucionales, ideológicos, metodológicos y personales.
La evaluación no sólo consiste en aplicar técnicas novedosas, sino que debe llevarse a la reflexión en torno a ella desde el servicio que presta el docente, sin dejar de considerar el contexto que la rodea. Calificar, medir, acreditar, certificar, retroalimentar y tomar decisiones son facetas de la evaluación, que integradas adecuadamente en el proceso educativo pueden hacer acercar más a los procesos de formación, pues se trata de evaluar para construir la experiencia, para intentar hacerla más cercana a lo que en verdad suceda en un proceso de desempeño de los alumnos, para que se transforme en un intento por ver, reconocer, validar y emitir un juicio, en un momento determinado del aprendizaje asimilado, expresado y reconstruido por parte de nuestros alumnos.
Saludos
Mary Mejía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola Mary
ResponderEliminarTienes razón en el hecho de que pocas veces nos ponemos a reflexionar como es que aprende el ser humano, consideras que si estuviéramos mas al tanto de cómo trabajan las teorías cognitivas y pedagógicas mejoraría nuestra labor docente? Me pregunto ¿cómo podemos hacer conciencia en nuestros alumnos de que apliquen los conocimientos adquiridos previamente?, no sé si te pasa en tu trabajo diario pero yo me doy cuenta que no van hilando los conocimientos previos con los nuevos y entonces ¿cómo podemos hacer jóvenes competentes?. En espera de tus comentarios Sara Mejía